LA FÓRMULA PARA EL ÉXITO

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El ojo visionario de Kevin Systrom, creador de Instagram, mira el mundo a través del lente de la oportunidad. Hoy te contagiamos su espíritu empresario y te compartimos la story que incluye la fórmula para el éxito a base de Kairos. 

# 1 INTUICIÓN

¿Qué sentís cuando te hacen una propuesta de negocio? 

El primer pálpito tiene la respuesta correcta. Kevin Systrom siguió su corazonada cuando rechazó la propuesta de Mark Zuckerberg para desarrollar el servicio fotográfico de Facebook, la red social que en aquel 2006, tenía un valor de 500 millones de dólares en pleno crecimiento. Su prioridad era terminar la carrera.

# 2 CAPACITACIÓN

¿Valió la pena la decisión? 

Con certeza Systrom siguió su espíritu empresarial y aprendió a ser un banquero de inversiones en “Ciencias de la Gestión e Ingeniería” en Stanford. 

En un programa de estudio en Florencia, Italia, descubrió la cámara Holga, sacó miles de fotos retro en formato cuadrado y se enamoró de la fotografía vintage.

Durante la estadía, se unió al programa de becarios Mayfield de élite de Stanford para entrenarse con los mejores mentores de capital de riesgo. Consiguió una pasantía en Odeo, creó apps junto a Jack Dorsey, el futuro creador de Twitter y la compañía de pagos Square, también, futuro multimillonario que ayudaría a Instagram a despegar. 

En el campus de Palo Alto cumplió el sueño de muchos: trabajar en Google, pero también, vio de primera mano cómo se realizaban los grandes acuerdos tecnológicos.

# 3 PASIÓN

Los negocios geek y la fotografía vintage sin dudas inspiraron a Systrom en su creación, entonces combinó sus aprendizajes: técnicas fotográficas, filtros vintage, tecnología de geolocalización de google, juegos sociales de twitter,  el creciente Foursquare o Zynga, los acuerdos tecnológicos y voilá. Ahora ¿cuáles son tus pasiones?

# 4 CONEXIONES

Systrom venía compartiendo sus ideas con caras conocidas, desde prestigiosos profesionales de Stanford hasta ilustres compañeros como Zuckerberg, Evan Williams o Jack Dorsey. Una tarde contó su prototipo de negocio conocido como Burbn en el Madrone Art Bar y capturó la atención de Steve Anderson de Baseline Ventures, quien le ofreció 250.000 dólares para lanzarlo. Luego, Andreessen Horowitz igualó la participación siempre y cuando contratara un cofundador.

Systrom encontró a su socio en un café, mientras trabajaba en su prototipo: Mike Krieger, brasileño, especializado en sistemas de símbolos, también graduado en Mayfield Stanford, pero dos años antes junto a Reid Hoffman de LinkedIn y Marissa Mayer de Yahoo.

Más tarde con la incorporación de filtros retro modernos, Burbn se transformó en Instagram, (telegrama instantáneo), la primera red social nativa de dispositivos móviles que revolucionó el concepto de álbum fotográfico. Sus influyentes amigos tecnológicos, como Dorsey, se encargaron de publicar fotos filtradas con alta frecuencia en Twitter e hicieron que pronto se volviera un éxito.

Una vez más Zuckerberg toca la puerta con una propuesta: 1000 millones de dólares incluidos 300 millones en efectivo a cambio de Instagram. Esta vez, la respuesta fue sí. 

 

«Cuando la gente dice que no vale la pena pagar tanto dinero en una universidad o entorno de negocios, realmente no estoy de acuerdo» dice Systrom. “Los contactos y conocimientos pueden parecer no aplicables en el momento, pero luego, vuelven una y otra vez.”

 

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