Cómo comunicar para impactar

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«Entre lo que pienso, lo que quiero decir, lo que creo que digo, lo que realmente digo; lo que el otro quiere escuchar, lo que escucha y lo que entiende, hay 7 posibles quiebres en la comunicación»

Saber esto, ya es una ventaja ¿Qué más podemos saber para comunicar de manera efectiva? En este artículo hacemos hincapié en los tres aspectos más importantes para impactar con tu presentación

1. Mensaje importante y verdadero

Es importante practicar la oratoria y conocer en profundidad el tema que vas a exponer, sin embargo aquí nos enfocamos en el mensaje. Las personas quieren ser informadas, sí, pero sobretodo quieren ser inspiradas.

Solo ganás cuando ayudás a otros a ganar

Decir poco y generar impacto es el objetivo. Ordená tus ideas, priorizá los contenidos y simplificá en mapas mentales de fácil comprensión. Podemos trabajar bastante en nuestro mensaje y nuestra exposición, sin embargo de nuestro público conocemos poco: un perfil general y un motivo aproximado de por qué están entre la audiencia. Lo que sabemos es nuestro poder y debemos usarlo.  

2. Involucrar a tu audiencia

Las personas percibimos e interpretamos la realidad desde nuestra propia naturaleza, nuestras emociones y siempre con un motor primario: evitar el dolor. Como seres humanos, abordamos el 90% de nuestras decisiones desde un punto de vista emocional antes que racional, claro, no somos robots. 

¿Cómo mover las emociones en alguien?

Hay que buscar una experiencia con la que todos podamos conectar, un ‘insight’. Para lograrlo, empleá ejemplos y usá el humor ¿Acaso existe alguien que nunca desconfió en si puso o no la alarma antes de salir? Tocá algún recuerdo o vivencia que pueda llegar a la risa o empatía de tu público. Contar tus experiencias en primera persona te va a ayudar a ser más congruente con tu lenguaje no verbal y a ganar mayor credibilidad.  

No obstante, para mover emociones necesitamos que nos ‘abran la puerta’. Nadie puede obligarnos a sentir, la puerta de las emociones se abre desde adentro. En tu propia casa, ¿a quién le abrís la puerta? Probablemente tu respuesta sea: a aquellos en quien puedo confiar, personas que conozco, familiares, amigos o representantes de alguna institución en la que crea.

Por eso lo primero para convencer, más que hablar bonito o tener un gran producto, es ser alguien en quien se pueda confiar. Lo primero es tu reputación, tu imagen y tu autoridad moral y/o técnica.

La gente prefiere un mecánico honesto, sobre uno experto

En tu vida personal y profesional (y la de tu empresa) quién sos, cómo sos; tus valores y la manera en que actúas, representan tus mejores activos para que te “abran la puerta”.

3. Impulsar a la acción 

Por último, pero no menos importante, debés tener muy claro el objetivo de tu mensaje, ¿Cuál es el impacto que querés provocar en tu audiencia? ¿Cuál será el antes y después de tu misiva? ¿Qué acción específica quieres que lleven a cabo después de escucharte?

Con certeza, este punto es crucial para que la comunicación cobre sentido, y luego, poder medir su efectividad. 

Ahora a pensar, si tenés tres minutos para impresionar a alguien, ¿qué hacés? ¿Mostrás tus títulos? ¿Un monólogo sobre tus fortalezas? ¿Esa historia de cómo superaste aquel desafío? ¿Llevás humo y luces?

Practicá tu mejor anécdota con mensaje, conmovedora, que nos inspire ¡y compartila!

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