Amar el trabajo en red

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Cuando se trata de mejorar la imagen de la empresa, generar oportunidades comerciales o innovar, el networking es la herramienta. Te contamos cómo apropiarte de la creación en redes, aunque creas que no es lo tuyo.

Con la intención de animarse a enfrentar situaciones y crecer con ellas, Aldous Huxley decía: “la experiencia no es lo que te pasa, sino lo que hacés con lo que te pasa”. En este sentido, podemos ser introvertidos, pero el networking sucede, es efectivo y aprender a usarlo es una herramienta valiosa. 

Lo bueno, es que todos y todas podemos mejorar esta habilidad con las estrategias que plantean las investigadoras de la Universidad de Harvard Tiziana Casciaro, Francesca Gino y Maryam Kouchaki

Las autoras explican que las personas tienen una motivación dominante cuando se trata de networking. Algunas eligen la ‘promoción’ y piensan en el crecimiento o logros que surgen gracias a establecer vínculos. Otro grupo, elige la ‘prevención’ y evita los eventos sociales porque los ven como una obligación y se sienten incómodos. 

A partir de esto, desarrollaron 4 estrategias para transformar esa incomodidad en crecimiento:

Fluir con el aprendizaje

Para transformar el networking en una actividad divertida y constructiva, la idea es reemplazar la presión del qué dirán, por simplemente descubrir a la otra persona; elegir la motivación de “promoción” y acercarnos abiertos a lo que pueda surgir. 

Por ejemplo, en vez de sentirnos obligados a ir a un evento laboral, podemos elegir un pensamiento positivo: “Nunca se sabe, podría ser interesante” o “Hay ideas que nacen en las charlas menos esperadas”. 

Encontrar intereses en común

El siguiente paso, es pensar cómo tus objetivos e intereses se alinean con los del otro. Cuando impulsamos el contacto a través de actividades y gustos compartidos, se siente auténtico y significativo, por ende, genera relaciones que también tienen esas cualidades.

Valorar nuestro aporte

Incluso cuando no hay intereses en común, hay algo valioso que ofrecer. Los senior tienen sus consejos, mentoría, conexiones o recursos; aquellos con menos experiencia aportan su gratitud y reconocimiento. 

Las personas también aprecian a quienes comprenden sus valores e identidad y los hacen sentir incluidos. Como la historia de Hendrik, un joven alemán que trabajaba en Toronto y organizó un campeonato de fútbol para todos sus compañeros de la empresa, principalmente expatriados. Hendrik logró crear lazos y divertirse mientras su estatus y conexiones se dispararon.

Cuando pensamos en lo que podemos ofrecer, en vez de lo que podemos obtener, el networking cobra un nuevo sentido, más interesante y digno de nuestro tiempo.

Buscar un propósito significativo

Por último, cualquier actividad se vuelve más atractiva cuando responde a un propósito elevado, como buscar beneficios colectivos en vez de individuales. Ayudando a otros, terminás ayudando a tu propia empresa. 

En conclusión, para impulsar el crecimiento empresarial y profesional, adoptemos una mentalidad de promoción; exploremos intereses en común, valoremos lo que tenemos para ofrecer y elijamos un propósito superior. Cuando esto sucede en un ambiente de confianza, es más fácil y efectivo. Recordá siempre que el networking es la herramienta para mejorar la imagen de la empresa. 

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